UTOPÍA (Poema)
Vivimos en
un globo azul cobalto
que, de grávidas fuerzas prisionero,
en sutil
equilibrio, viajero,
nos soporta
del cielo allá en lo alto.
Portador de
la vida generosa
y aunque
repleto de progreso y ciencia,
a causa de
nuestra propia inconsciencia
y de nuestra
conducta escandalosa,
En un alarde de tecnología,
pagando
explotación por desarrollo
derrochamos
sin fin, (el muerto al hoyo)
y hacemos
reventar la ecología.
De plásticos
y objetos infectamos
el lugar
donde está nuestro cobijo,
y después
estará el de nuestros hijos,
si antes de
tiempo no lo malogramos.
Sin
concierto ni orden consumimos
aparatos
que, inútiles, compramos,
e
inconscientes la vida malgastamos
y, temiendo
carencias, nos morimos.
Voltios por
mil electran nuestro entorno;
y torres
gigantescas, los más puros
espacios
naturales inseguros
se vuelven
en viaje sin retorno.
Éste Planeta
Azul, su contenido,
es nave que
circunda el Sol ligera;
¡Cuidado! No
se vuelva una patera
náufraga en
un mar embravecido.
Hay un mundo
tercero que apartamos
con
murallas, papeles y fronteras,
religiones,
idiomas y banderas
aunque
juntos en éste mismo estamos;
Donde
algunos acopian privilegios
de gobiernos
corruptos. Mandatarios
que olvidan
a su pueblo, insolidarios
en vez de
darles pan, agua y colegios.
Y como el
ser humano, en sus albores,
de la región
Austral fuera emigrante
hacia
regiones nuevas, transhumante,
buscando
tierras que fueran mejores,
Así los
exiliados perseguidos
allende el
mar o en nuestra propia tierra,
hallaron
paz, huyendo de la guerra,
por
solidarias gentes acogidos.
I, l’emigrant
que Catalunya llora
cuando canta
y recuerda su partida
en busca de
la tierra prometida
y la suya no
olvida y siempre añora.
Y el
galego que fue para ultramar;
y el
andaluz que en trenes de tercera,
vacía la
maleta de madera,
a Catalunya
fue y fundó su hogar,
En bandadas,
como la golondrina,
de justicia
y de pan necesitados,
huyen de Sur
y Este, despojados,
persiguiendo
una suerte peregrina.
Pero vendrá,
estoy seguro, el dia
que en un
mundo más justo y solidario
hallaremos
el fin de éste Calvario
consiguiendo
lo que ahora es Utopía.
Y el agua
dulce llegará al sediento.
Y la cultura
prevendrá del sida.
Y habrá justicia y pan para el hambriento;
Y habrá justicia y pan para el hambriento;
Y el cielo
azul, azul será; con nubes
de lluvia,
no con nubes radiactivas
que mata en
Chernobil personas vivas
y amenazando
Europa al cielo suben.
Y será la
mujer en igualdad
con el hombre
para aquello que quiera;
y los dos, a
la par, no habrá frontera
que limite
su sed de Libertad.
A todos nos
ayude Aquél que escucha.
Lo que cada
cual sueñe, siendo bello,
persiga, sin
descanso, tras su “aquello”
y con
la Paz ganemos nuestra lucha.
Miguel
Sánchez