lunes, 30 de julio de 2012


                                           UTOPÍA  (Poema)


Vivimos en un globo azul cobalto
  que, de grávidas fuerzas prisionero,
en sutil equilibrio, viajero,
nos soporta del cielo allá en lo alto.

Portador de la vida generosa
y aunque repleto de progreso y ciencia,
a causa de nuestra propia inconsciencia
y de nuestra conducta escandalosa,

   En un alarde de tecnología,
pagando explotación por desarrollo
derrochamos sin fin, (el muerto al hoyo)
y hacemos reventar la ecología.

De plásticos y objetos infectamos
el lugar donde está nuestro cobijo,
y después estará el de nuestros hijos,
si antes de tiempo no lo malogramos.

Sin concierto ni orden consumimos
aparatos que, inútiles, compramos,
e inconscientes la vida malgastamos
y, temiendo carencias, nos morimos.

Voltios por mil electran nuestro entorno;
y torres gigantescas, los más puros
espacios naturales inseguros
se vuelven en viaje sin retorno.

Éste Planeta Azul, su contenido,
es nave que circunda el Sol ligera;
¡Cuidado! No se vuelva una patera
náufraga en un mar embravecido.

Hay un mundo tercero que apartamos
con murallas, papeles y fronteras,
religiones, idiomas y banderas
aunque juntos en éste mismo estamos;

Donde algunos acopian privilegios
de gobiernos corruptos. Mandatarios
que olvidan a su pueblo, insolidarios
en vez de darles pan, agua y colegios.

Y como el ser humano,  en sus albores,
de la región Austral fuera emigrante
hacia regiones nuevas, transhumante,
buscando tierras que fueran mejores,

Así los exiliados perseguidos
allende el mar o en nuestra propia tierra,
hallaron paz, huyendo de la guerra,
por solidarias gentes acogidos.

I, l’emigrant que Catalunya  llora
cuando canta y recuerda su partida
en busca de la tierra prometida
y la suya no olvida y siempre añora.

Y el galego que fue para ultramar;
y el andaluz que en trenes de tercera,
vacía la maleta de madera,
a Catalunya fue y fundó su hogar,

En bandadas, como la golondrina,
de justicia y de pan necesitados,
huyen de Sur y Este, despojados,
persiguiendo una suerte peregrina.

Pero vendrá, estoy seguro, el dia
que en un mundo más justo y solidario
hallaremos el fin de éste Calvario
consiguiendo lo que ahora es Utopía.

Y el agua dulce llegará al sediento.
Y la cultura prevendrá del sida.
Y habrá justicia y pan para el hambriento;

 Y el cielo azul, azul será; con nubes
de lluvia, no con nubes radiactivas
que mata en Chernobil  personas vivas
y amenazando Europa al cielo suben.

Y será la mujer en igualdad
con el hombre para aquello que quiera;
y los dos, a la par, no habrá frontera
que limite su sed de Libertad.

A todos nos ayude Aquél que escucha.
Lo que cada cual sueñe, siendo bello,
persiga, sin descanso, tras su “aquello”
y con la  Paz ganemos nuestra lucha.

                                      Miguel Sánchez




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